- Área: 240 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Gustavo Sosa Pinilla
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La obra se trata de la puesta en valor y ampliación de una casa entre medianeras que estuvo abandonada durante varios años. La misma está emplazada en el centro de un terreno corto de 9x20 metros ocupado de medianera a medianera, esto hace que el espacio libre quede dividido en dos (delantero y trasero).
Esta situación de encajonamiento de los espacios exteriores, sumado a la fuerte pendiente del techo existente y a los requerimientos y usos internos pretendidos, decanto en una resolución formal compacta. Tanto la forma exterior, la cual mediante el quiebre de esa fuerte pendiente minimiza el impacto visual desde los espacios exteriores, como el funcionamiento interior, cuyas circulaciones son lo más pequeñas que el proyecto permitía, responden a esa compacidad buscada.
La reforma consistió en mantener y refuncionalizar la mayor cantidad de m2 existentes y completar el volumen superior siguiendo la forma del techo existente, como así el agregado de entrepisos para aprovechar la gran altura del mismo. Para la fachada, se suprimieron los ornamentos y se eligió el revoque plástico blanco, que junto con el reemplazo de las tejas por chapa blanca, terminan de definir el carácter despojado y sintético de la obra. El sistema de aventanamientos y postigones (de oscurecimiento y seguridad) responden a un modulo dentro de la fachada y a un uso determinado desde el interior, de manera tal que dependiendo del grado de oscurecimiento requerido otorgan dinamismo a la misma.
Se aprovecharon los anchos muros portantes existentes para la construcción de los nuevos entrepisos de viguetas pretensadas y una combinación de estructura de hormigón armado, ladrillo portante y viguetas para la parte nueva y la escalera.
Para los interiores se eligieron materiales de bajo mantenimiento, pisos de hormigón alisado excepto en aquellos espacios en donde se encontró pisos existentes y pintura en las paredes. En planta baja, en contraste con la frialdad de paredes y techo blanco y del piso de hormigon, se conformo el espacio para la cocina mediante una caja de madera hecha de tablas de timbo crudo.
Este volumen tiene la capacidad, mediante un tabique plegadizo, de otorgar cierta fluidez, comunicación espacial y doble ventilación a la pb o bien dotarla de una distribución más conservadora. La cocina también se concibió con muebles de madera cuya tonalidad coincidiera con el timbo y así continuase con el contraste buscado. El resto se compone de las habitaciones en el 1er piso. En el 2do, literalmente dentro del gran techo, están los servicios y el playroom.